Hacedor de sueños y realidades.
Por: Elízabeth Silva R.
Aquel joven que la naturaleza dotó de cualidades excepcionales y una inteligencia natural sonreía siempre a la vida a pesar saber cuántas miserias humanas tenía por delante, a las que debía barrer.
Su carácter inquieto, su desmedida pasión por combatir las injusticias y el amor incondicional a la patria, lo condujo a un camino seguro para conseguir lo que se proponía.
No dudó ni un instante estar al frente con su generación en busca de un futuro mejor.
Su optimismo y alegría contagiaba a los que le rodeaba, también la profundidad de pensamiento y actuar seguro.
Hombre de actuar transparente y disciplina excepcional. Su carácter jovial no fue un impedimento para cumplir y hacer cumplir la disciplina y la exigencia.
No vaciló en sus actuaciones, estuvo donde le correspondió en el momento adecuado.
Sus compañeros lo admiraron y reconocieron sus méritos desde el primer momento en la guerrilla.
El arrojo se materializó en su persona, como un combatiente experimentado en las artes militares, imprimiendo en cada combate su valor, carácter y firmeza.
Su sonrisa límpida, sus palabras diáfanas, su andar seguro en la senda que escogió lo llevó al lugar donde permanecen los grandes, los que aman y crean, los incondicionales a su causa.
Camilo, hombre de pueblo, de voluntad firme e ideas invencibles, hacedor de sueños y realidades.
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