Políticas equivocadas
Por: Elízabeth Silva Rodríguez.
Las sagradas escrituras expresan: “... ay de los que en sus camas piensan iniquidad y maquinan el mal, y cuando llega la mañana lo ejecutan, porque tienen el poder.”
Muchos en el mundo tienen ese poder en las manos y desde sus lechos elaboran planes y los materializan para expoliar a los hombres y matar gente humilde, de esa forma expresan su odio a la humanidad, a la identidad de los pueblos, al progreso social.
Una vez más el emperador norteamericano pone en práctica su política manipuladora e injerencista. ¿Sabrá él qué es el respeto a la integridad y soberanía de los pueblos, sabrá qué es respetar el camino que elige cada cual?
Guerras absurdas e injustas, guerras de rapiña azotan al mundo en pleno siglo XXI. Poblaciones civiles son arrasadas, niños, ancianos, mujeres, son asesinados.
¿Hasta cuándo políticas irracionales dirigirán el d? Nos equivocamos al pensar que Míster Obama no le iba a seguir los pasos a su antecesor en el poder, que las cosas iban a ser distintas, fue reelegido y la realidad es otra; él también es seguidor de una loca e histérica carrera armamentista que no mide sus consecuencias hasta lograr el objetivo supremo: dominar el mundo, la guerra contra el pueblo palestino da fe de ello.
Los hombres de buena voluntad deben tomarse de la mano para evitar que políticas anacrónicas y obsoletas prevalezcan.
Si los integrantes del gobierno del norte se forman en preceptos religiosos, amantes de Dios y por supuesto, son “cristianos“, ¿Cómo permiten tantos asesinatos y genocidios?
Mujeres y hombres del mundo, creyentes o no, alcemos nuestras voces, unámonos en una sola oración para evitar muertes, destrucción y calamidades, para evitar la pérdida de las culturas de los pueblos, para permitir que el desarrollo continúe su camino ascensional y que prevalezca el amor a la humanidad y al progreso.
El Marxismo, al igual que la Biblia, nos enseña el amor al prójimo, la sensibilidad humana y la solidaridad entre los hombres.
“Haced bien y no mires a quien“, reza un proverbio bíblico, entonces, ¿por qué gobernantes como Barack Obama no lo pone en práctica?
Reflexionemos y denunciemos desde cada rincón del mundo las sangrientas acciones, evitemos muertes inútiles y la destrucción de la humanidad.
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