Que prevalezca la salud y la vida.
Por: Elízabeth Silva R.
La epidemia AH1N1 hace peligrar la vida de muchos, incluyendo las más vulnerables: niños, embarazadas y personas con riesgos por enfermedades.
Muchas vidas cobra ya este virus que se convierte en pandemia.
Los que no tienen acceso al sistema de salud por restricciones económicas, mueren, otros viven con el temor al riesgo de contraer la enfermedad sin esperanzas.
El impacto de la situación económica mundial nos atañe a todos, pero los que saben utilizar los recursos económicos de forma racional y lo ponen a disposición del pueblo, nada tienen que temer.
Cuba es un país subdesarrollado, que permanece bloqueado por casi cincuenta años y con recursos limitados, pero por sus condiciones excepcionales de justicia social e igualdad, posibilita que la salud llegue a todos por igual, hasta los más recónditos parajes del país de forma gratuita.
El Estado Cubano dedica todos sus esfuerzos para lograr una vigilancia médica esmerada mediante la atención primaria y especializada a cada persona.
En estos momentos, en que el virus de la Influenza nos afecta, en este territorio no lamentamos ni una sola muerte, todas las personas son atendidas de manera profiláctica y se hacen pesquizas en las escuelas, círculos infantiles, centros laborales y comunidad para ofrecer la debida atención.
Estas bondades que nos brinda nuestro sistema NO podemos obviarlas.
Puerto Padre, una ciudad pequeña, pero con un gran capital humano, profesional y científico hace que prevalezca la salud y la vida.
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