Logro de la medicina en Puerto Padre.
Por: Elizabeth Silva Rodríguez.
Es la medicina como el derecho, profesión de lucha: se necesita un alma bien templada para desempeñar con éxito ese sacerdocio. Así son nuestros médicos, personas con amor a la vida de los demás, llenos de sensibilidad humana, dispuestos a sacrificar sus horas de descanso, sus ratos de esparcimiento, desvelos e intensas jornadas de trabajo para devolverle la salud a quienes los necesitan.
Así es el joven especialista de primer grado en Otorrinolaringología, Nodiel Sobrecuevas López, galeno talentoso formado por la Revolución que tuvo la oportunidad de participar en una intervención quirúrgica practicada por primera vez en este territorio.
Se trata de un pólipo antrocoanal de dimensiones extraordinarias, y es aquí precisamente donde está la rareza de este caso, en sus dimensiones.
Nos narra el joven galeno, que el paciente Alfredo García Hernández, de 79 años de edad hacía tiempo presentaba la patología (poco más de 20 años) pero nunca se decidió consultar un facultativo., por lo que el pólipo creció hasta alcanzar más o menos 10 centímetros. Refiere el doctor Sobrecuevas que la hiperplasia de la mucosa de los senos paranasales, evolucionó, creció y llegó hasta la hipofaringe, es decir, hasta la entrada del esófago, por lo que el paciente presentó dificultades para alimentarse, fundamentalmente para deglutir los alimentos. Producto del esfuerzo que él realizaba al tragar, la masa tumoral se desplazó hacia delante y obstruyó la entrada del aire hacia la laringe.
¡Aquello fue terrible! Nos narra Alfredo con la lucidez de sus 79 años. ¡Yo estaba desayunando y casi me asfixio con una migaja de pan, comencé con una fuerte tos, constante. Enseguida llamaron al Sistema de Urgencia Medica y me trasladaron hacia el Hospital Guillermo Domínguez, de Puerto Padre. La atención allí fue excelente, por los doctores Sobrecuevas y Medina.
Al continuar la conversación con el doctor Nodiel Sobrecuevas López nos comenta que de inmediato, el paciente fue trasladado al quirófano e intervenido con la premura que el caso requería y es entonces cuando se enfrentan a algo nunca visto, un pólipo antrocoanal catalogado como gigante. Con la maestría y destreza que caracterizan a nuestros profesionales de la salud, culmina la operación con éxito. Alfredo evoluciono de forma satisfactoria y egresa del hospital a las 72 horas en perfecto estado de salud, oportunidad que aprovechamos para visitarlo en su casa, del poblado de Delicias y comprobar, por nuestros propios ojos, uno de los logros de la medicina en Puerto Padre.
Un hombre simpático y vivaz, nos recibe, diciéndonos anécdotas y refranes propios de los cubanos, nos expresaba, que desde joven, le gusto cantar, hacia mucho tiempo no lo podía hacer. Para nuestro asombro, Alfredo entono un hermoso bolero, con la claridad y fluidez que corre el agua de los ríos. Al despedirnos nos manifestó: Este bienestar se lo debo a esos jóvenes que con tanto amor, me devolvieron la salud, a Fidel, que hizo la Revolución, para que todos tengamos acceso a operaciones complicadas como la mía sin pagar ni un solo centavo.
Hasta esta ciudad costera del norte tunero llegan las bondades de un sistema que vela por el bienestar de todos y que pone a disposición del pueblo recursos humanos y materiales para asegurar la salud y la vida, sin escatimar esfuerzos ni costo alguno, solo la satisfacción del deber cumplido, por parte de jóvenes médicos formados en este país.
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