Cuando la voluntad impera
Por: Elízabeth Silva R
Cuando en un país se habla de una baja tasa de mortalidad infantil, se dice del bienestar, cuidados y respeto a la vida que se brindan y si es de forma gratuita, más aún.
En mi país, desde que se concibe el bebé, tiene atención médica priorizada, las madres son atendidas de manera excelente; y no es que la familia no se interese, pero el médico y enfermera están siempre vigilantes, visitando, chequeando, precaviendo, porque así es la verdadera medicina, la que precave, como nos enseñó José Martí, el Apóstol de la Guerra de Independencia.
Digo todo esto, porque Cuba, un país pequeño, brutalmente bloqueado por el poderoso país del norte, es capaz de exhibir una tasa de mortalidad infantil cualitativamente superior a los países desarrollados, para nosotros no importan carencias, escaseces, ni limitaciones, nuestros programas sociales avanzan y los resultados, ahí están.
Cuatro coma cinco, es la cifra que presenta Cuba este año, un país al que se le niega la posibilidad de abrirse camino ante el mundo, pero con deseo de progreso, amor a la vida, de proteger a los miembros de la sociedad y ayudar a los que nada tienen, que es digno de reconocer, como lo han hecho directivos de la UNICEF, así que cuando hay voluntad, todo se puede, los cubanos lo demostramos.
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