Gracias por existir
Por: Elízabeth Silva R.
Nació y trajo consigo una luz para nunca apagarse.
Sus acciones dieron lugar para que la paz y equidad lo inundara todo, que su noble hazaña liberadora permitiera la transformación social. Nos enseñó entereza y capacidad de resistencia, hizo posible salir de la ignorancia y la oscuridad, que las mujeres y hombres ocuparan el lugar que en realidad nos pertenecía por estar en nuestra tierra, la que nos vio nacer.
Con ella aprendimos a transformar el mal en bien, el odio en amor, a compartir lo nuestro con los que no tienen, a trabajar con todos y para el bien de todos.
De ella aprendimos a defender las conquistas y a continuar con el programa que nos diseñamos; su esencia es de infinito amor, como rayos de luces que inundan todos los continentes y de los que todos aprenden.
Gracias Revolución, por estos cincuenta años de entereza, justicia e igualdad plenas.
A ti te debemos que los sueños libertarios de Martí, Maceo, el Che y Fidel se materializaran, crecieran y se fortalecieran como un gran árbol que prolifera sus raíces para hacerse cada vez más poderosa y ejemplarizante.
Hoy, cuando otros han entregado sus banderas y preceptos, tú continúas cada vez más firme, demostrando cuánto se puede hacer cuando se cree en lo que se hace, cuando su ejemplo es abrazado por muchos.
Gracias Revolución por tu capacidad de firmeza y estabilidad; por darnos lo que nunca antes tuvimos, por enseñarnos fidelidad y honor, enseñarnos qué es la unidad y la defensa de nuestros sueños de justicia con modestia, desinterés respetando nuestros principios éticos, el amor a la patria y al socialismo.
Gracias Revolución por existir.
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