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Honor y gloria

Honor y gloria

Por: Elízabeth Silva R.

Honor y gloria a los que trabajan en la Enseñanza Especial, sentenció Fidel Castro con la certeza que es ésta una obra de infinito amor, en un país donde los discapacitados no son marginados y tienen atención esmerada.

El camino a  los  a niños con  necesidades educativas especiales en Cuba cumple 48 años, y en todo este tiempo, esos educandos han recibido instrucción y educación de forma prioritaria, atendidas por personal altamente calificado y con un corazón lleno de cariño infinito y ternura  para repartir a sus alumnos.

La escuela Hermanos Madrigal, de esta ciudad de Puerto Padre es un ejemplo más que fehaciente de ello, los maestros y todos los trabajadores, hacen derroche de ternura, humanidad y comprensión hacia sus educandos, con los que comparten el día en su escuela, que no es solo una escuela, sino un hogar, donde los enseñan y preparan para la vida, para  ser útiles.

Educadores consagrados como Felicia, Odalys y otros más jóvenes, como Reynerio, que al enseñar, ponen de manifiesto el placer de hacer bien esta tarea que tienen en sus manos, dada por el privilegio de su vocación y de lo que la naturaleza los dotó:  el don de conducir y transformar las vidas de los niños con necesidades educativas especiales, para que no sean una carga familiar, como ocurre en otros países, sino hombres capaces de servir a la patria.

 

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