Como el primer día
Con lágrimas en los ojos y la voz entrecortada, Hugo Ochoa Pedraye, narra sus años de lucha contra la dictadura batistiana.
Holguinero devenido en puertopadrense, combatiente de la clandestinidad y del Ejército Rebelde, fundador del Cuarto Frente Simón Bolívar; tuvo el privilegio de acudir al llamado de la Patria.
Comenzó muy joven en la clandestinidad, conoció los desmanes del Gobierno de Batista; uno de los hechos que lo marcaron para siempre fue las Pascuas Sangrientas, lo describe como un despertar en su conciencia y la irrefutable decisión de tomar el único camino correcto: la lucha por la libertad.
Corrió innumerables riesgos, ser descubierto, posibles delaciones y hasta el peligro de muerte, pero sus convicciones eran más poderosas, estaba consciente del rumbo a seguir y lo hizo.
Fueron tiempos difíciles de jugarse la vida y derrocar al tirano.
Según comenta que quizás no percibió la envergadura de cuánto hacía, quizás su edad no lo permitía, pero lo hizo. Después de duros meses en la clandestinidad subió a la Sierra Maestra; recorrió largos caminos, a veces con los zapatos rotos o descalzo, con un viejo fusil ganado a sangre y fuego, con hambre, frío, pero con la firme convicción de que su destino estaba allí.
Es herido en combate, en el asalto al puente de Aguas Claras y trasladado al llano, oculto, para que el enemigo no supiera su paradero; pero aún así se mantuvo activo, de forma clandestina seguía su colaboración hasta el total restablecimiento; en solo dos semanas subió de nuevo a la Sierra y alistarse bajo el mando de Aldo Santamaría.
La toma de Puerto Padre, el 25 de diciembre de 1958 contó con su presencia, era un soldado valiente, disciplinado y dispuesto a darlo todo por la libertad de esta tierra; desde entonces está aquí, en este pedazo de tierra que lo acogió como un hijo al que le agrace todo cuánto ha hecho por ella, por la que permanece firme como el primer día.
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