Obra de grandes
Por: Elízabeth Silva R
Desde la oscuridad del encierro reina la luz, esa luz irradiada por valores que solo portan los grandes, no importa que suenen los cerrojos y cierren las rejas, su corazón es libre, como los pensamientos dedicados a la patria, la familia y a una obra para librar de luto y muerte a personas inocentes.
Hacedor de sueños, alma de artista, que con su lápiz le da vida a ilusiones , victorias y saca de sí su mensaje natural para ver con sus propios ojos la fuerza que hace valer su obra.
Ni violaciones, mentiras, ilegalidades ni injusticias disipan esa inspiración que lleva dentro y que echa a volar con alas de paz y amor.
Cinco días con seis noches de encierro no pudieron apagar su carácter dulce, su mirada tierna y el agradecimiento a los que permanecen a su lado.
Él transmite conocimientos, enseña, como dijera José Martí, contribuye a hacer hombres piadosos y útiles.
Así, en el arte, en la instrucción de sus compañeros de cárcel, la solidaridad y la creación viva está en Antonio Guerrero, un joven de estos tiempos y de todos los tiempos, heredero de las concepciones martianas y las tradiciones de su patria, firme en su trinchera de ideas para defender la paz y la vida.
En Tony vemos el arte sumo, que ajusta la forma al pensamiento, la belleza gloriosa y trascendental que solo la justicia da a las obras humanas.
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