Amor por lo nuestro
Por: Elízabeth Silva R.
Para mi, cubana es algo más que un gentilicio, es una actitud, un privilegio.
No solo nos singulariza un carácter afable, gentil y hospitalario; es algo más; es comprometerse ante la vida, compartir lo que poseemos sin esperar nada a cambio.
No les tememos a las adversidades, y en los momentos más difíciles, aflora el humor, ese humor criollo heredado de los españoles y que corre a raudales por nuestras venas.
La solidaridad es tan nuestra, que con vecinos y amigos compartimos lo que tenemos, si mi vecina tiene algo que yo necesito, seguro puedo contar.
Cuando me visitan llegan, y ya, no tienen que avisar, para que prepare condiciones y mucho menos recibir autorización para recibirlos; no somos personas de protocolos ni cumplidos.
Cuando tengo problemas familiares ahí están todos, vecinos y amigos, en las buenas y en las malas, como decimos en buen cubano.
Somos personas amantes de la familia y nunca los abandonamos, ni cuando crecen, porque para nosotros siempre son los mismos pequeños; entonces nos hacemos partícipe de sus responsabilidades, aunque sea de forma indirecta; cubana también significa: amor por la familia.
Si necesito comunicarme con un director de una empresa o el rector de una Universidad, solo tengo que ir a verlo, nada de solicitud de audiencias, ni negación de entrada; estoy allí y soy atendida, porque soy cubana.
Cubana también es sinónimo de firmeza, convicciones, respeto, disciplina, cultura, desprecio a la traición.
Interminable serían los adjetivos que nos caracterizan, pero podría resumirlo en cuatro vocablos, cubana es: amor por lo nuestro.
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