Cada niño es símbolo de ternura.
Por: Elízabeth Silva R.
En los niños tiene la patria su tesoro más valioso, en sus manitas de hombres grandes está el futuro.
Cada niño es símbolo de ternura, amor infinito y fuente inagotable de sabiduría.
Ser intranquilo, dotado de dones insuperables como la sinceridad y el cariño por los que los rodean, cualidades esenciales en su andar por la vida.
Son la mejor compañía, sus corazones no albergan rencores ni resentimientos y sí un deseo infinito de amar.
Las risas de los pequeños son como un fresco manantial que brota de las entrañas de la tierra, sus miradas limpias como un espejo, transparente como su actuar, con la seguridad de un futuro feliz, colmado de protección y garantía.
Los niños cubanos viven en una sociedad que vela por ellos, que cuida de ellos.
El Apóstol señaló: “ Sin las niñas no se puede vivir, como no puede vivir la tierra sin luz. El niño ha de trabajar, de andar, de estudiar, de ser fuerte,…… pero nunca es un niño más bello que cuando trae en sus manecitas de hombre fuerte una flor para su amiga…… los niños son la esperanza del mundo".
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