Un árbol que prolifera sus raíces.
Por: Elízabeth Silva Rodríguez.
¡Solo tenemos derecho a morir cuando entreguemos a nuestros hijos el boceto del comunismo ¡
Estas palabras inmortalizaron a Olga Alonso, instructora de arte, arrebatada por la muerte de forma prematura a los l9 años de edad.
Su breve paso por la vida fue fecundo y pródigo en el objetivo de hacer cada vez más culto a los cubanos.
Fue una de las jóvenes que se incorporaron de manera plena a las tareas de la Revolución para entregarse a ella en cuerpo y alma.
La Asociación de Jóvenes Rebeldes conoció sus cualidades excepcionales como revolucionaria y su total entrega a las labores del nuevo sistema de obreros y campesinos, que conjugaba con los estudios.
Ante el llamado de Fidel a la incorporación de los jóvenes a la enseñanza del arte en las granjas y cooperativas de todo el país dijo presente . Olga consideró que allí era donde debía probar sus fuerzas e ir a enseñar y aprender de los hombres del campo.
Al ingresar en la escuela Nacional de instructores de Arte en abril de MIL 961 , pone todo su talento y empeño para desarrollar su vocación artística, su tenacidad y esfuerzo tuvieron su recompensa, resultó el primer expediente.
La vida le proporcionó la oportunidad de enfrentar una faena brillante con el compromiso de realizarla hasta las últimas consecuencias, no conocía fronteras y creó campaña de buen hablar entre los campesinos, propició los consejos de cultura, se integró como maestra en las aulas de seguimiento a los jóvenes con mayor posibilidad y los preparó como monitores para extender esta experiencia.
Olga Alonso, una joven de solo 19 años con una capacidad e inteligencia extraordinarias, puso su talento a disposición de un hermoso sendero: promover el conocimiento de la enseñanza artística para cultivar a las personas en el pensamiento estético, decidida a prestar sus servicios donde fuera necesario, movida por fuertes convicciones y el deseo de hacer.
Esta joven de posibilidades y conocimientos culturales amplios fue capaz de crear grupos de aficionados con niños y adultos, materializando así sus cualidades como teatrista e intérprete de danza moderna sin perder su gran pasión por la literatura, sentimiento que la inspiró a fomentar la creación de bibliotecas.
Olga Alonso, inspiradora de arte y promotora de ese importante trabajo nació con su muerte, está presente en cada instructor de la Brigada José Martí, en cada momento del desarrollo de la conciencia estética de nuestros jóvenes como un fuerte árbol que prolifera sus raíces en las nuevas generaciones.
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