Camilo
Por: Elízabeth Silva Rodríguez
La lluvia necesitó estar presente en nuestro homenaje a Camilo; ni ella, ni el sol estuvieron ausentes; todos en profundo respeto y amor al héroe, al eterno joven, al inolvidable guerrillero, al que rendimos tributo.
El mar abrazó nuestro homenaje, de él emergieron flores como un inmenso jardín sembrado con el más infinito amor y agradecimiento de todos, al hombre de grandes virtudes, de imborrables acciones y coraje a prueba.
Camilo está aquí, así lo siento, en mi corazón, en mi andar por la vida, en cada acción que realizo, así se los inculqué a mis hijos y así lo siente mi nieta, que desde muy temprano, con la devoción y gratitud que se siente por los héroes, acudió al mar.
La lluvia necesitó estar presente en nuestro homenaje a Camilo; ni ella, ni el sol estuvieron ausentes; todos en profundo respeto y amor al héroe, al eterno joven, al inolvidable guerrillero, al que rendimos tributo.
El mar abrazó nuestro homenaje, de él emergieron flores como un inmenso jardín sembrado con el más infinito amor y agradecimiento de todos, al hombre de grandes virtudes, de imborrables acciones y coraje a prueba.
Camilo está aquí, así lo siento, en mi corazón, en mi andar por la vida, en cada acción que realizo, así se los inculqué a mis hijos y así lo siente mi nieta, que desde muy temprano, con la devoción y gratitud que se siente por los héroes, acudió al mar.
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