Nueva ignominia del sistema jurídico estadounidense
Por:Elízabeth Silva Rodríguez
“Lo peor que puede pasarle a alguien dentro del sistema de justicia norteamericano es estar solo. La solidaridad es necesaria para indicar que el mundo está vigilando y que la ley debe cumplirse,” expresó Leonard Gueinglass, abogado de Antonio Guerrero.
Por eso, en estos momentos la solidaridad es decisiva, sabemos que Gerardo y sus cuatro hermanos no están solos, pero estos son tiempos de demostrar con la energía de la honradez que se pueden cruzar aceros contra los fuertes arrogantes y hacer que la justicia avance con la obra unida de todas las personas, que en gesto de honor y vergüenza defienden una gran verdad: la inocencia de Gerardo Hernández Nordelo,un cubano de estos tiempos que supo ir a su trinchera de combate y evitar que acciones terroristas interrumpieran la paz y seguridad no solo de Cuba, sino de Estados Unidos también.
Hoy, cuando el gobierno de Estados Unidos solicita rechazar la solicitud de revisión del caso de Gerardo, uno de los cinco cubanos prisioneros políticos del imperio y que no se le conceda una audiencia para analizar sus argumentos y las pruebas presentadas contra él, se necesitan voces que griten al unísono justicia, verdad y transparencia para este cubano que no tiene sus manos manchadas de sangre, sino que son portadoras de amor y paz, para ese noble patriota y soldado del honor.
La doble moral del sistema jurídico estadounidense llegó hasta el nivel más ignominioso: negar la verdad, estar en complicidad con los verdaderos terroristas y protegerlos hasta sus últimas consecuencias.
Se cederá en lo justo y lo injusto caerá solo; algún día, la principal acusadora de Gerardo Hernández Nordelo, Caroline Heck Miller , comprobará que en la justicia no cabe demora, y los que dilatan su cumplimiento la volverán contra sí.
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