Crueldad sin límites
Por: Elízabeth Silva Rodríguez.
La voluntad de las leyes de un país que no conoce la equidad y la justicia hace que una mujer no pueda ver a su esposo por casi once años.
Él está en prisión, lejos de ella, de sus familiares, de su patria.¿ Por qué lo encarcelaron ? Resulta difícil de entender. Por evitar que manos asesinas llenaran de dolor y luto a familias, por no permitir que personas inocentes murieran a manos del terrorismo. Esa es la causa de Gerardo Hernández Nordelo, un joven cubano, con cualidades excepcionales, dignas a imitar por cualquiera, honesto, solidario, altruitsa, patriota.
A su esposa, Adriana Pérez O`Connor, le deniegan su visa de entrada a Estados Unidos. Una y otra vez la solicita y tras una larga espera, llega el ¡NO¡.
La crueldad de las leyes del imperio, manipuladas por los poderosos a su antojo, la incriminan de peligrosa para la seguridad estadounidense.
A Adriana nada más hay que mirarla a los ojos para conocer de su dulzura, bondad, pero con una dignidad de mujer extraordinariamente valiente, que pone su compromiso con la patria por encima de todo, una joven que actúa con honradez, vigor y serenidad ante las exigencias de los equivocados en defensa de lo que cree.
No existen chantajes ni patrañas capaces de doblegar a esta joven, símbolo de la mujer cubana, heredera del legado de Mariana Grajales, Celia y Vilma.
El amor de Adriana por Gerardo y su causa es tan grande, que no existen obstáculos que los pueda separar a pesar de la distancia.
¿ Por qué privarla del derecho que le otorga la ley de visitar a su esposo ?
¿ Por qué negarle la entrada a Estaos Unidos ?
¿Será que le temen a las ideas y convicciones de una mujer íntegra ?
¡ Basta ya, no permitan que la balanza de la justicia se incline hacia los que odian a Cuba y su causa.
¡No hay justificación, no pemitir que Adriana visite a Gerardo es una crueldad sin límites.
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