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La justicia es…

La justicia es…

Por: Elízabeth Silva R

Del Ideario Martiano aprendimos que solo hay honra en la satisfacción de la justicia.

La Justicia es ética, equidad y honradez. Es la voluntad constante de dar a cada uno lo que es suyo. Es aquel sentimiento de rectitud que gobierna la conducta y hace acatar debidamente todo los derechos de los demás.

Muchas  personalidades  se han referido a la justicia, este importante valor, imprescindible en la formación del ser humano. Albert Ainstein expresó: “Sé justo antes de ser generoso, sé humano antes de ser justo”.

José Martí, manifestó: “En la justicia no cabe demora, y quien dilata su cumplimiento la vuelve contra sí”.

La justicia es el valor por el cual la persona se esfuerza constantemente para dar a los demás lo que es debido, de acuerdo con el cumplimiento de sus propios deberes, y de acuerdo también, con los derechos personales. Es dar a cada quien lo que le corresponde.

Decía Aristóteles: “La justicia es la mesura, simbolizada por la balanza, es decir, por el equilibrio  y la proporción; a cada uno su parte, ni mucho ni poco.

¿ Existe mesura en el proceso seguido a los cinco compatriotas prisioneros políticos del imperio? En ese proceso NO ha existido ni equilibrio ni mesura, se  manejaron las leyes al antojo de los poderosos, de la mafia de Miami, de los bandidos que odian a Cuba y condenaron de forma injusta a cinco inocentes, a esos grandes hombres que trabajaban para preservar la paz y la vida.

Si de algo debemos sentirnos orgullosos los cubanos, es de los valores sobre los cuales nos formamos; conocer la equidad, saber darles a las personas lo que les corresponde, en una palabra; poner en práctica la justicia; ella es la categoría suprema de la cultura y muchas veces se disocia de lo razonable;  y a veces cuando se aplica mal, ya pierde toda su concepción original. El caso de los cinco cubanos secuestrados en cárceles estadounidenses, es un ejemplo fehaciente de ello, se aplica una justicia que  está muy alejada de la ética y  de la cultura.

Es imprescindible saber aplicar las leyes como están establecidas, con imparcialidad: ¿Por qué no tomar en cuenta eso en el caso de nuestros cinco compatriotas? Con ellos NO han sido  justos; son inocentes y sin embargo los mantienen en celdas oscuras y frías, separados unos de otros;  René y Gerardo NO han podido ver a sus esposas en estos casi trece años, y aún Ivett, la hija de René, no la conoce.

¡ Es hora ya de que las leyes norteamericanas  se hagan  sentir en el caso de nuestros cinco hermanos prisioneros políticos del imperio, que la justicia recobre su equilibrio y equidad para que liberen de una vez a René, Gerardo, Ramón, Fernando y Antonio.¡

 

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