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Tegucigalpa, 6 oct . El Frente Nacional contra el golpe de Estado de Honduras confirmó que mantendrá su lucha en defensa del estado de derecho, a la expectativa de los anuncios sobre resolver la crisis mediante el diálogo.
 Esa alianza de las fuerzas populares llamó a una nueva manifestación este martes, aún en medio del estado de sitio decretado por el gobierno de facto y un vasto despliegue de la policía.
Los miembros de la resistencia cumplen 101 días de jornadas de luchas en las calles, que mantuvieron incluso en medio del tenso clima de la suspensión de las garantías constitucionales desde el pasado 27 de septiembre.
El Frente se pronunció por un proceso de negociación en el que tomen parte los tres actores de la situación actual: el derrocado presidente Manuel Zelaya, la resistencia popular y los autores del golpe militar del 28 de junio pasado.
Sostenemos que el diálogo es un medio adecuado para solventar diferencias, pero no es posible bajo medidas de represión, subraya esa alianza de fuerzas populares en un comunicado divulgado este lunes.
En una conferencia de prensa en la calle, durante una protesta antigolpista frente a la embajada de Estados Unidos, recordó que el gobierno de facto viola los derechos humanos y las leyes desde la asonada militar.
Mientras se mantengan esas medidas de fuerza no hay un ambiente propicio para que el diálogo sea válido, apunta.
El presidente del gobierno de facto, Roberto Micheletti, anunció anoche la derogación del decreto sobre el estado de sitio, aunque mantuvo el cierre de las opositoras Radio Globo y el canal 36 de la televisión.
Una misión de cancilleres de países de la Organización de Estados Americanos (OEA) tiene previsto llegar mañana a Tegucigalpa, en un segundo intento de encontrar una salida a la crisis.
La OEA espera sentar a las partes en conflicto, no mencionadas expresamente, y lograr la firma de un arreglo propuesto por el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, promovido como mediador por Estados Unidos.
El plan prevé el retorno a la presidencia de Zelaya, condicionado a la renuncia a promover una asamblea constituyente, un gobierno de conciliación, formado por los partidos tradicionales, entre otras.
Zelaya adelantó su intención de firmar el llamado Acuerdo de San José e incluso aclaró que la constituyente es una iniciativa que quedaría en manos del próximo gobierno.
El Frente plantea que el diálogo debe tener como resultado en primer lugar la salida del poder de la dictadura militar-civil.
Sostiene que debe concluir con la restitución de Zelaya en su cargo sin condiciones, de forma inmediata y segura.
También, la definición de mecanismos para la convocatoria de una asamblea nacional constituyente democrática, incluyente y participativa.
 

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