Fiesta de futuro.

Por: Elizabeth Silva Rodríguez

La niñez y la juventud cubanas tuvieron su mejor regalo de inicio de año un primero de enero de l959: el triunfo de la Revolución la que les devolvió un gran tesoro: su dignidad.

Los niños y jóvenes sufrían penurias, sus vidas quedaban truncas sin apenas llegar al camino señalado a causa de miserias, enfermedades evitables, tenían que asumir responsabilidades inadecuadas para su edad, trabajar para ayudar a los suyos y crecer antes de tiempo para ocupar en lugar de los mayores.

Todo eso quedó atrás con aquel obsequio incalculable que llegó para quedarse, una sociedad justa, humana, donde ellos son su tesoro más valioso.

Después le entregaron otro hermoso regalo: dos organizaciones a su disposición para representarlos, educarlos y formarlos.

Al llegar la primavera y con ella la lluvia, las flores y bellos matices pintan los campos con nuevas esperanzas como se pintaron de alegría los niños y jóvenes de Cuba hace 47 años, al nacer una organización que agrupa a los pequeños en una estructura que los guía y cumple sus expectativas: la Organización de Pioneros José Martí.

Ese mismo día, pero un año después, como un fuerte árbol que esparce sus raíces, surge la Unión de Jóvenes Comunistas, avanzada juvenil con ideales firmes y patrióticos.

Los pioneros, de la mano de los jóvenes comunistas recorren el camino de esta sociedad, sumándose en cada tarea, estudian, se preparan para ser útiles, se forman en el amor a la Patria, la honestidad, el apego a la justicia social y en la defensa de las conquistas del socialismo bajo el paradigma del Che.

Nuestros niños y jóvenes se disponen a crear con sus manos una Cuba donde todos son dueños y pueden materializar sus sueños de victorias, sin nada que pueda empañarlos, tomando las riendas de su futuro lleno de realidades y logros.

Hoy centros estudiantiles y de trabajos, pioneros y jóvenes están de plácemes, celebran sus aniversarios con el compromiso de ser cada vez mejores en el estudio, en la integración a la sociedad y en la continuación de la obra que tienen en sus manos en una verdadera fiesta de futuro.