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Que la justicia norteamericana se haga sentir.

Que la justicia norteamericana se haga sentir.

Por : Elizabeth Silva Rodríguez.

El pasado día 20 se celebró una nueva vista oral en el onceno circuito de la corte de Atlanta, donde comparecieron abogados de la defensa de los cinco cubanos prisioneros políticos del imperio , aunque esto no significa que se resuelva definitivamente el caso, sí constituye un gran paso de avance en el proceso por la presencia de personalidades de reconocido prestigio , entre ellos abogados como el chileno Guzmán, quien estuvo como juez en el caso de Augusto Pinochet , el ex fiscal general de Estados Unidos, el presidente de la Unión Internacional de Abogados, expertos del grupo de Atenciones Arbitrarias y personalidades jurídicas de otras partes de América y Europa convocados allí y cuya presencia sirvió de mucho.

Significa que se derrumbó el muro de silencio en el caso de los cinco antiterroristas cubanos prisioneros políticos del imperio ; pero hay que seguir trabajando, buscar más personas , profesionales que se sumen, más grupos de solidaridad para lograr la liberación total de estos compañeros . A pesar de que este no es el momento en que se decide su liberación, sí es una gran brecha abierta a la solución de esta causa.

 

En la sesión del pasado día 20 de agosto se pudo comprobar además, el carácter ilegítimo del proceso seguido a Gerardo, Antonio, Fernando, René y Ramón, los argumentos presentados por los jueces fueron sin respaldo de pruebas, “de poca monta”, como expresara el ex fiscal general de Estados Unidos, lo que nos llena de esperanzas y fe en el futuro.

 

Los antecedentes del amañado proceso de los cinco antiterroristas cubanos debemos buscarlo en el diferendo Estados Unidos – Cuba. Para nadie es un secreto las irregularidades, violaciones e injusticias cometidas en este juicio, empezando por el lugar seleccionado para celebrarlo: Miami, capital del odio hacia Cuba. A las claras se observa un marcado interés político en sus ansias de juzgar a estos inocentes jóvenes sin causa alguna, las injusticias y la hipocresía predominaron.

 

Se hace necesario un juicio justo, donde se imponga la verdad, donde se compruebe la inocencia de estos jóvenes que luchaban contra el terrorismo en cualquiera de sus manifestaciones, no solo contra cuba, sino contra cualquier país del mundo.

Que la justicia norteamericana se haga sentir y demuestre la transparencia de sus leyes.

 

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